CUEVAS DE HIELO Y ESPELEOTEMAS COMO ARCHIVOS CLIMÁTICOS PASADOS

Monitorización de cuevas

Registros paleoclimáticos

Las cuevas, en sus estalagmitas fundamentalmente, esconden información sobre cómo ha cambiado el clima en el pasado. Nos hablan de periodos que han sido muy cálidos o muy fríos, o nos cuentan cómo han cambiado las precipitaciones. Esto ocurre porque están conectadas con el clima: para que se forme una estalagmita tiene que haber goteo dentro de una cueva y para que haya goteo, tiene que llover en esa zona. Entonces, a través del tipo de lluvia, podemos saber qué temperatura había en esa zona o qué diferentes tipos de lluvia podíamos encontrar, y nos sirve para relacionar lo que vemos en las estalagmitas con el clima que había en el pasado.

Son los registros paleoclimáticos, de clima del pasado.

Cueva Molino de Aso. Cañón de Añisclo (P.N. Ordesa y Monte Perdido)
Fotografía: Miguel Bartolomé

Kilómetros y kilómetros de cuevas recorren el interior del Parque Nacional.
Los espeleotemas (formaciones en las cuevas, como estalactitas y estalagmitas…) son registros de cambios climáticos pasados ya que estas formaciones carbonatadas reflejan, por su composición isotópica y elemental, las variaciones de temperatura y precipitación (cantidad, fuente de lluvia, etc).
Los espeleotemas se pueden fechar con precisión mediante series de desintegración de uranio, lo que proporciona cronologías muy sólidas y la posibilidad de comprender los cambios climáticos rápidos.

Ahora mismo, la gente que está haciendo trabajo en paleoclimatología se está centrando en el estudio de cambios climáticos rápidos.

En el pasado, también tenemos ejemplos de periodos en los que el clima cambió de manera rápida; es lo más interesante, sobre todo, en periodos de tiempo relativamente cercanos.
Por ejemplo, en los últimos ciclos glaciales, como mucho los últimos 100.000 años, en los que tenemos un sistema de corrientes oceánicas y de la atmósfera que funciona parecido a como está en la actualidad.
En ese periodo temporal, es interesante encontrar cambios climáticos rápidos, que hayan ocurrido porque se ha traspasado un umbral o porque se ha implantado demasiada agua dulce en el océano Atlántico por fusión de los casquetes polares y eso ha cambiado las corrientes oceánicas…
Fenómenos de este tipo son los que más importantes para investigar en el pasado porque, en el fondo, son los que más relación tienen con el cambio climático actual.
El objetivo es entender bien por qué se producen y también cómo se propagan en todo el planeta y qué reacciones hay en los diferentes ecosistemas.

Fotografías de Miguel Bartolomé, Carlos Sancho, Javier Frégola y Ana Moreno

Las cuevas heladas del Pirineo son cavidades singulares, inéditas desde el punto de vista científico, que contienen acumulaciones de hielo fósil heredado de las condiciones climáticas de los últimos milenios, en riesgo inminente de desaparición como consecuencia del calentamiento climático actual.

Las cuevas heladas del Pirineo

La investigación se centra en las cuevas heladas y de sus secuencias de hielo fósil como registro de las variaciones ambientales del pasado y como medio de seguimiento del impacto del Cambio Global en la alta montaña del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Siempre que el hielo pueda ser datado (a partir de 14C en restos vegetales externos o de calcita criogénica precipitada en el interior del cuerpo de hielo por medio de Uranio-Torio), se puede reconstruir la variabilidad climática de los últimos cientos o miles de años. Así, se puede evaluar la respuesta del cuerpo de hielo a los cambios ambientales pasados, establecer su estado de conservación actual y, conocer el impacto que está teniendo el Calentamiento Global en su preservación y dinámica actual.

Gruta helada de Casteret. Fotografía: Ana Moreno

Faja de los Sarrios, en el Macizo de Monte Perdido, en la que se localizan las entradas de diferentes cuevas heladas.

Fotografía: David Serrano

Existen cuevas heladas prácticamente en todos los macizos calizos karstificados del sector central pirenaico a partir de los 2500 m de altura, inéditas desde el punto de vista científico.

La mayor parte de ellas albergan en su interior hielo de congelación, pero también las hay que contienen hielo de transformación de nieve. En ambos casos, se trata de hielo fósil acumulado durante los últimos milenios y siglos. Contiene indicadores paleobotánicos e isotópicos que aportan valiosa información de las condiciones ambientales y climáticas del pasado, de alto interés en el estudio del clima futuro. En la actualidad, el volumen de estas masas de hielo está sufriendo un retroceso acelerado por el calentamiento global, de manera que en pocas décadas habrán desaparecido. Ante estas perspectivas, las cuevas heladas requieren una atención investigadora urgente.

Comparativa de niveles de hielo en la Gruta Helada de Casteret (PNOMP)

Fotografías: Miguel Bartolomé

Patrimonio Natural (CSIC)
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